Menudo bombazo lo del ChatGPT, no hay comida familiar o cañas con compañeros de trabajo dónde no se hable de ello, y es que la Inteligencia Artificial Generativa ha irrumpido en nuestras conversaciones personales y profesionales como si de futbol o política se tratase. Uno de los indicadores de adopción de una tecnología con alto impacto, es que mucha gente la empieza a usar de repente y apenas unos meses después de su aparición, nos preguntamos cómo podíamos vivir sin ella.
Puede que tú te enteraras de su existencia este 2024 pero la Inteligencia Artificial lleva casi 80 años siendo una idea y tres décadas siendo una realidad. El famoso matemático Alan Turing, conocido por crear la máquina enigma que descifraba los códigos nazis de comunicación, concibió en 1943 el juego de la imitación que pretendía responder a la pregunta: ¿una máquina puede pensar? Esto se daba mediante una supuesta interacción entre humano y máquina a través de preguntas exploratorias. ¿Dónde has visto eso antes? En efecto, primero lo viste en la película de ciencia ficción Blade Ranner y ahora lo haces cada día con tu chatbot de IA Generativa. Pero ojo que no toda la IA es Generativa ni todos los chatbots son inteligentes. Vamos a empezar por el principio.
¿Qué es la Inteligencia Artificial?
La mayoría de los expertos en el tema están de acuerdo en que el nombre elegido es inexacto y provoca cierta confusión en el imaginario colectivo. Y es que la inteligencia artificial tiene más que ver con las matemáticas que con los complejos procesos cognitivos del pensamiento humano. Por eso, algunos expertos se decantarían por llamarlo correlaciones multidimensionales ya que su funcionamiento se basa fundamentalmente en analizar múltiples variables de entrada, combinarlas a mucha velocidad para ofrecer el resultado de salida más probable. Es decir, que usa su enorme capacidad de almacenar información compleja y de procesarla muy rápido para emular procesos cognitivos propios de los seres humanos. Eso no la convierte en inteligente, pero sí en increíblemente útil. Y desde luego la idea de una Inteligencia Artificial se vende mucho mejor con esa imagen distópica que hablar de las impopulares matemáticas.
Pero lo cierto es que trabajar con Inteligencia Artificial implica entrenar algoritmos matemáticos a partir de información de entrada y de salida con el fin de conseguir que su resultado probabilístico sea cada vez más preciso y acertado, es lo que se denomina Machine Learning (ML), mal traducido al español como Aprendizaje Automático. Existen distintos tipos de Machine Learning en función de cómo se lleva a cabo dicho entrenamiento (supervisado, no supervisado o reforzado) y en particular la generativa es del tercer tipo: Reforzado. La IA generativa es aquella capaz de generar contenido nuevo y único a partir de mucha información y datos de entrada y cuyas respuestas van mejorando en precisión y valor a partir del refuerzo.
Pero que la IA sea automática no significa que sea autónoma, es decir que los algoritmos los alimentan y los supervisan seres humanos, de ahí que su programación no esté exenta de sesgos y prejuicios y que sea fundamental, un abordaje ético y consciente en su uso. Para entender sus limitaciones, hay que diferenciar dos tipos de IA:
- La débil, que es aquella diseñada para realizar tareas específicas.
- La fuerte que tiene la capacidad de razonar por sí misma por tanto de adaptarse diferentes tareas y tomar decisiones.
Para la tranquilidad de los lectores de este post, es necesario resaltar que la segunda no existe, todas las tecnologías que se han desarrollado hasta hoy se enmarcan en la categoría de IA débil, pero estamos seguros de que habéis visto múltiples películas de ciencia ficción dónde la IA fuerte es un hecho (y la humanidad suele salir mal parada…)
Volviendo a nuestra realidad, tal vez, lo más emocionante de la IA generativa es que cualquiera puede usarla sin grandes conocimientos y para múltiples cosas, porque es muy fácil de usar, interacciona con nosotros usando lenguaje natural que además está en nuestro idioma y sus respuestas mejoran exponencialmente cuanto más la usas (con los famosos Prompts). Menos cuando alucina, claro está. Y es que no te puedes fiar 100% de todo lo que te dice, a veces rellena sus lagunas inventando. En eso sí que se parece un poco a algunos humanos 😉
Esto post es solo para que puedas empezar a hablar del tema sin parecer un cuñado o por si quieres ganarte el quesito de ciencias del Trivial, pero si estás interesado en saber cuestiones más técnicas y servicios actuales de IA, síguenos de cerca, pronto va a llegar la segunda parte.